El ácido salicílico es el único betahidroxiácido (BHA) que se usa en productos para el cuidado de la piel. Es un activo que se usa para el tratamiento tópico del acné y para limpiar en profundidad el exceso de grasa de los poros, por lo que es perfecto para pieles grasas.
Debido a que el ácido salicílico mantiene los poros limpios y sin obstrucciones, evita que se desarrollen espinilas y puntos negros en el futuro. Además, ayuda a que las pústulas y los granos rojos inflamados desaparezcan más rápido. Asimismo, este activo también es un exfoliante y tiene propiedades antiinflamatorias.
¿Cómo usarlo?
Prueba el activo antes de usarlo en toda tu piel. Aplica el producto en un área pequeña de la frente. Si no hay irritación después de 24 horas, podrás usarlo sin problema. Si hay irritación dentro de 24 horas (enrojecimiento o descamación), te recomendamos probar otro producto de ácido salicílico con una concentración más baja, o intentar con un ingrediente alternativo para combatir el acné, como el ácido azelaico.
El ácido salicílico puede aplicarse en todo el rostro (evita los ojos, los labios y la boca) porque elimina las células muertas de la piel de los poros y limpia el exceso de grasa. Esto ayuda a prevenir futuros brotes de acné. Ten en cuenta que solo debes usar una pequeña cantidad (del porte de un guisante o menos para toda la cara), ya que usar demasiado puede causar irritación.
Otra forma de usarlo, es colocar el producto en cada espinilla y puntos negros, sobre la piel limpia. Deja actuar durante la noche y al día siguiente, limpia tu rostro y realiza tu rutina de skincare de mañana.
Empieza a usarlo de a poco, 2-3 veces por semana para observar la tolerancia de tu piel.
Efectos secundarios:
Para pieles muy secas y sensibles, se recomienda evitar el uso de ácido salicílico. Además, para mujeres embarazadas, es preferible no usarlo.
Consulta con tu dermatólogo para saber la adecuada concentración de ácido salicílico que debes usar para tu piel.
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